Mon Laferte – La Tristeza Que Se Volvió Magia
Foto de: eldeber.com.bo
¡Hola hola a todos! Aquí Alma, y bienvenidos a otro episodio de Detrás de la Lírica. Por si eres nuevo por aquí, en esta serie hablamos de artistas que han convertido su dolor, su pasado, sus caídas y sus emociones más profundas en arte. Artistas que nos inspiran porque muestran que detrás de cada acorde hay una historia humana.
En episodios anteriores hablamos de figuras como Demi Lovato, J Balvin y Billie Eilish. Sin embargo hoy hablamos de Mon Laferte, una de las voces más potentes y sensibles de la música latinoamericana (y una de mis artistas favoritas). Una mujer que convirtió su vida entera en arte.
Monserrat Bustamante, o mejor conocida como Mon Laferte, nació en Viña del Mar, Chile. Creció en un hogar humilde, donde la música era el refugio y el arma. Desde niña cantaba en ferias, festivales, bares y donde la dejaran, intentando ayudar económicamente a su familia.
Esa infancia artística le dio voz, pero también le dio una sensibilidad emocional que con los años se convertiría en heridas profundas.
A los 13 años ya escribía canciones de tristeza, pérdidas y soledad. A los 18, ganó fama en Chile, pero esa exposición temprana también la sumergió en una presión emocional enorme. Años después confesó:
“Yo siempre he sido muy triste. Desde niña. Cantar era la única manera de no quebrarme.”
Esa frase lo dice todo:
“Para Mon, la música no comenzó como un sueño. Comenzó como un salvavidas.”
Uno de los momentos más duros en la vida de Mon fue una relación amorosa que terminó de manera abrupta y dolorosa. Ella misma ha dicho que ese desamor la llevó: a una depresión severa, a perder propósito, a renunciar a todo y mudarse sola a México,y a pasar meses enteros sin saber cómo seguir viviendo.
En entrevistas ha confesado:
“Me enamoré como nunca, y cuando eso terminó, me quedé vacía. Pensé que no iba a poder con ese dolor.”
Esto no solo destruyó su estabilidad emocional, sino que la hundió en un episodio depresivo tan fuerte que por poco abandona la música.
También, durante esta etapa oscura, Mon enfrentó uno de los desafíos más fuertes de su vida: un diagnóstico de cáncer de tiroides. Ella ha dicho que este momento la obligó a replantearse su vida entera y la dejó con un miedo profundo: perder su voz, lo que para ella significaba perderlo todo. Mon confesó:
“Cuando me dijeron que podía perder mi voz, sentí que mi vida se acababa. La música era lo único que tenía.”
Aun así, luchó, se sometió a tratamiento y siguió adelante. Ese proceso marcó su identidad artística y emocional de una manera irreversible, convirtiéndose en una de las batallas más difíciles que ha sobrevivido.
Pero como la mayoría de los artistas sensibles, Mon transformó esa oscuridad en fuego creativo.
De ese desamor nacieron canciones como: “Tu falta de querer”, “Tormento”, “Amor completo”, y “Si tú me quisieras”.
Y cada una de ellas es una herida abierta convertida en himno.
Mon nunca ha ocultado que ha vivido episodios depresivos severos.Ella habla abiertamente de soledad, de ansiedad, de miedo a no ser suficiente, y del dolor profundo que cargó durante años.
Ella misma lo dijo:
“Yo pasé años sintiéndome indigna de amor. Cantaba para no llorar.”
Y en otra entrevista:
“La depresión me acompañó mucho tiempo. Me costaba despertarme, me costaba cantar, me costaba vivir.”
Mon no es solo una artista, sino que es una sobreviviente emocional, y un ejemplo a seguir. .
Sus obras más emocionales (y mis favoritas), son:
“Tu Falta de Querer”
“Y yo estoy desesperada, en busca de tu querer…”
Esta canción nació literalmente de un ataque de llanto, tras el desamor que la devastó.
La ha cantado mil veces llorando.
Y aún así, cada vez suena como una herida nueva.
“Tormento”
“Y me dejaste un dolor de cabeza horrible…”
Una mezcla de enojo, tristeza y ese vacío que deja la ausencia.
“Mi buen amor”
“Mi buen amor, ya no te espero…”
Una despedida emocional tan honesta que tiembla.
“Amárrame”
Aunque su ritmo es alegre, nació de una etapa donde Mon necesitaba sentirse deseada para cubrir sus heridas.
“Antes de ti” – Una carta a su versión rota
“Antes de ti no conocía el amor…”
La escribió cuando comenzó a sanar su corazón, reconociendo cuánto había sufrido antes.
Después de años de depresión, desamor y lucha interna, Mon encontró equilibrio a través de: la terapia, la música, el activismo, el feminismo, y la maternidad.
Ha dicho:
“Yo no soy una mujer fuerte. Soy una mujer que se cansó de tener miedo.”
Y también:
“Convertí mi tristeza en mi forma de hacer magia.”
Mon no romantiza el dolor, sino que lo transforma.
La historia de Mon Laferte nos recuerda que el arte no nace de la perfección, sino de la verdad. Que la tristeza, cuando se abraza con honestidad, puede convertirse en luz. Que no hay vulnerabilidad más hermosa que transformar el dolor en algo que sana a otros.
Ella es un ejemplo de que la oscuridad no te define, sino, lo que haces con ella.
Si tu también estás luchando, no tienes que hacerlo solo/a. Tu salud mental importa, y hablar de ella es un acto de valentía.
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Buscar ayuda es un acto de amor propio.
Y elegirte siempre vale la pena.
En nuestro siguiente capítulo de Detrás de la Lírica, hablaremos de Selena Gomez, una artista cuya vida ha estado marcada por la enfermedad, el miedo, la depresión, la ansiedad y la presión mediática… pero también por una resiliencia increíble.
Una mujer que convirtió su vulnerabilidad en una fuerza mundial.
¡No se lo pierdan! ¡Chaito!